Las políticas de Igualdad de la Administración: la lucha por la igualdad en el SEPE

 Hola de nuevo 😁

En esta ocasión y con motivo del tercer reto del curso de Fundamentos sobre la Igualdad entre mujeres y hombres, quiero hablar del principal Plan de Igualdad que se desarrolla en el organismo en el que trabajo: el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Desde 2023 se viene implementando el llamado Plan Estratégico de Transversalización de la Igualdad en las Políticas Activas de Empleo.

1. Presentación

El Plan Estratégico de Transversalización de la Igualdad en las Políticas Activas de Empleo (PTI) es una política pública promovida por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y los Servicios Públicos de Empleo (SPE) de las Comunidades Autónomas. Vigente durante 2023-2024, el plan tiene como objetivo integrar la perspectiva de género en todas las Políticas Activas de Empleo (PAE) del Sistema Nacional de Empleo (SNE). Está alineado con la Estrategia Española de Apoyo Activo al Empleo 2021-2024 y otros marcos internacionales, como la Agenda 2030 y la Estrategia Europea para la Igualdad de Género.

El PTI tiene como fin principal eliminar las brechas de género en el acceso, promoción y permanencia en el empleo, garantizando igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. También promueve la estabilidad y calidad laboral, especialmente para las mujeres, que han sido más afectadas por empleos precarios, brechas salariales y dificultades para conciliar la vida personal y laboral. Además, se busca fortalecer la capacitación técnica de los SPE para implementar estas políticas de igualdad de forma eficiente.

El PTI sigue una estructura estratégica de tres ejes: el enfoque de igualdad en las políticas de empleo, los procedimientos administrativos y la igualdad en los programas y servicios comunes del SNE. Aunque se busca la coordinación nacional, el plan ofrece flexibilidad a las Comunidades Autónomas para adaptar las medidas a sus realidades locales.

2. Análisis

·        Roles de género: El PTI trabaja para cambiar los roles tradicionales que limitan a las mujeres en el mercado laboral, promoviendo su acceso a sectores donde han estado infrarrepresentadas. Se reconocen las barreras que las labores de cuidado, normalmente asignadas a mujeres, imponen en su participación laboral. Por ello, el plan impulsa políticas que fomentan la corresponsabilidad en el cuidado y busca modificar las expectativas sociales y laborales que perpetúan la división sexual del trabajo.

·        Acceso a recursos: La igualdad en el acceso a recursos es fundamental para el PTI. A través de medidas específicas, como la creación de unidades de igualdad y la asignación de presupuestos específicos, el PTI busca asegurar que las mujeres tengan el mismo acceso que los hombres a formación, orientación laboral y oportunidades de empleo. También se dirige a mujeres que enfrentan múltiples formas de discriminación, como las víctimas de violencia de género o aquellas que viven en áreas rurales, con recursos adicionales para facilitar su integración laboral.

·        Representación: El PTI fomenta una representación equilibrada de mujeres y hombres en los órganos de decisión relacionados con el empleo. Para ello, se promueve la formación en igualdad para los empleados de los SPE, asegurando que estos cuenten con las habilidades necesarias para aplicar la perspectiva de género en su trabajo. Además, el plan busca aumentar la participación activa de las mujeres en la gobernanza de los servicios de empleo, permitiendo que sus voces tengan mayor peso en la toma de decisiones.

3. Impacto y resultados

El impacto principal del PTI está destinado a beneficiar a las mujeres, especialmente a aquellas que enfrentan mayores dificultades en el mercado laboral, como las víctimas de violencia de género o las mujeres en situaciones de vulnerabilidad. Las beneficiarias del plan incluyen tanto a mujeres desempleadas como a aquellas que desean mejorar su situación laboral.

Si bien el PTI está en una fase inicial de implementación y sus resultados a largo plazo aún no pueden ser evaluados, se espera que tenga un impacto significativo en la reducción de las desigualdades de género en el empleo. Entre los resultados esperados se incluyen una mayor participación de mujeres en sectores donde tradicionalmente han estado poco representadas, la reducción de la brecha salarial y un aumento en la presencia de mujeres en puestos de liderazgo dentro de las empresas y las administraciones públicas.

El PTI también busca mejorar las condiciones laborales de las mujeres al promover la estabilidad laboral y la creación de empleo de calidad. Por ejemplo, mediante medidas para apoyar la inserción laboral de mujeres víctimas de violencia de género o para promover la corresponsabilidad en las labores de cuidado, se espera que el plan ayude a las mujeres a alcanzar una mayor autonomía económica y un mayor desarrollo profesional.

4. Puntos fuertes y debilidades

Entre las principales fortalezas del PTI destaca su enfoque integral, ya que aborda diversas dimensiones de la discriminación desde una perspectiva estructural. No solo se enfoca en garantizar el acceso de las mujeres al empleo, sino también en mejorar la calidad de estos trabajos. Al incorporar la perspectiva de género en todas las etapas de las políticas de empleo, desde su diseño hasta su evaluación, el PTI asegura que las medidas públicas respondan mejor a las necesidades de las mujeres.

Otra fortaleza es el énfasis en la capacitación y sensibilización del personal de los SPE, lo que garantiza que las políticas de igualdad sean sostenibles en el largo plazo. La creación de unidades de igualdad en los SPE y la flexibilidad otorgada a las Comunidades Autónomas para adaptar las medidas a sus contextos locales también son elementos positivos, ya que permiten una implementación más eficaz y acorde a las realidades de cada región.

Entre las debilidades, destaca la posible falta de uniformidad en la implementación del PTI en todo el territorio nacional, debido a la autonomía de las Comunidades Autónomas. Esto podría generar diferencias en la aplicación de las políticas de igualdad. Además, el éxito del plan depende en gran medida del compromiso político y técnico a nivel regional y local, que puede variar según los recursos y la voluntad política de cada territorio.

Otra posible debilidad es la falta de un sistema robusto de seguimiento y evaluación continuo para medir el impacto del PTI. Aunque se contempla la creación de indicadores para monitorizar la efectividad del plan, la falta de recursos y la correcta implementación de estos sistemas podría dificultar la evaluación adecuada de los resultados a largo plazo.

 

Comments

Popular posts from this blog

Las mujeres invisibles de la Administración

La desigualdad en la conciliación laboral: un mal con el que todavía convivimos